Por si fuera poco, mientras uno disfruta de estos manjares, observa el río y sus alrededores a través de las ventanas panorámicas.
La noche no termina con la cena, ya que en la cubierta superior es un must disfrutar de un cóctel, la variedad que ofrecen, como todo en Aqua, es Premium definitivamente. Si la noche acompaña, nada mejor que brindar bajo las estrellas.
Sino se puede optar por leer tranquilamente, algo que amo. Lo lindo es que somos pocos en el barco y se puede elegir entre estar acompañado o encontrar fácilmente lugares comunes para hacer una tarea en solitario, como la lectura.

Durante las tardes, al volver de las distintas actividades, en la borda y con vinos en mano como verán, los guías nos ayudan a orientarnos en el mapa (algo para lo que soy dura qué se va a hacer) y nos cuentan cómo siguen nuestros planes.
Todo esto mientras se navega por el río más caudaloso del mundo; se recorren las zonas más remotas de la selva peruana y de la Reserva Pacaya Samiria.
El Aria opera durante todo el año y cada viaje es único y atractivo dadas las estaciones cambiantes (temporada de agua alta o creciente, y temporada de agua baja o vaciante).
Amanecer en la habitación: sí! Esta es la vista, nada de ventanas chicas, todo en Aria son ventanales!
Prepárense porque este es sólo el comienzo del recorrido, imagino que querrán bajar a tierra o a aguas según el día… estén atentos que pronto viene mucho más!
Definitivamente un viaje que repetiría!